EXPOSICIÓN
COLECTIVA DE MUJERES REFUGIADAS, EXILIADAS Y MIGRADAS
MANIFIESTO
Nuestro activismo hecho historia
Nosotras más allá de las fronteras
La participación política de las mujeres refugiadas, exiliadas y migradas ha continuado siendo intensa en el exilio. Con el activismo como modo de vida, se han implicado en la defensa de los Derechos Humanos en el espacio transnacional, participando en asociaciones y plataformas tanto de las ciudades y países de acogida, como de Colombia y otras internacionales.
El primer paso: encontrarse más allá de las fronteras.
Fuimos obligadas a escapar una a una, esparcidas por el mundo con la ganancia intacta, heredada de nuestra materia. La tierra que nos forjó nos impregnó de perseverancia y constancia y nos aportó la capacidad de reconstruirnos de las ruinas en este reinventarnos. No es fácil, pero cuando se tiene la conciencia intacta y el objetivo común de conseguir una verdadera paz con justicia social, es posible. Somos como hormiguitas, que nos reinventamos y nos juntamos. Seguimos siendo invencibles, porque, cuando estamos juntas, logramos sacar el miedo de nuestros círculos y seguimos avanzando.
Las integrantes de La Colectiva cuentan con una larga experiencia como defensoras y lideresas, con grandes capacidades para el trabajo político y social. Despliegan numerosas actividades de incidencia política y contribuyen a las transformaciones socioculturales tanto en Colombia como en sus países de acogida.
En la actualidad, las mujeres refugiadas, exiliadas y migradas denuncian y visibilizan a nivel internacional las violaciones de Derechos Humanos que continúan produciéndose en Colombia y promueven el apoyo de la comunidad internacional al proceso de paz. Así mismo, participan en la implementación del Acuerdo de paz y la construcción de memoria en el país, a partir de la exigencia de sus derechos a la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. En las sociedades de acogida, denuncian la situación de vulnerabilidad en la que el sistema les sitúa como mujeres migrantes.
Su activismo les convierte en actoras de paz y constructoras de ciudadanía incluyente a nivel transnacional, que defienden los Derechos Humanos, la igualdad y la justicia en todos los territorios que habitan.