EXPOSICIÓN
COLECTIVA DE MUJERES REFUGIADAS, EXILIADAS Y MIGRADAS
LA COLECTIVA
Resistiendo en la distancia
La Colectiva de Mujeres Refugiadas, Exiliadas y Migradas está constituida por mujeres procedentes de organizaciones de base y con trabajo comunitario, urbanas y rurales, defensoras de Derechos Humanos, campesinas, estudiantiles; así como por mujeres indígenas y afrodescendientes de diferentes regiones de Colombia. Todas ellas tuvieron que salir del país a causa del conflicto armado y ahora viven en el exilio en diferentes territorios del mundo: en la Comunitat Valenciana -Alicante, Elche, Castellón y Valencia- y otras Comunidades Autónomas del Estado Español; en el ámbito internacional: en Canadá, Costa Rica, Panamá, Ecuador, Francia, Suiza, Reino Unido, Alemania, Bélgica y Dinamarca; y en Colombia, algunas mujeres que retornaron.
La Colectiva es una organización de mujeres feministas y diversas, constructoras de paz, que se unieron para fortalecerse y generar procesos de empoderamiento. Su fin es incidir en la transformación de las condiciones de desigualdad y discriminación tanto en su país de origen como en los de acogida, defendiendo los Derechos Humanos, los derechos de las mujeres y la vida digna desde lo territorial/local a lo global.
El primer motivo que les llevó a compartir sus saberes en el exilio fue la urgencia de visibilizar la compleja realidad que las mujeres colombianas vivían en el marco del conflicto armado y social en Colombia. Desde estos años 2000, han mantenido su persistencia por aportar en la defensa de los Derechos Humanos de las mujeres y la búsqueda de una salida negociada al conflicto armado. Participan, con sus propuestas como sujetas políticas con voz propia, en la construcción de una paz transformadora, que busca la desnaturalización de la barbarie, el destierro de todas las discriminaciones históricas de género, clase y étnicas y la prevalencia de la ética de los cuidados.
A través de estrategias formativas y creativas, se articulan para sanar y aportar desde los márgenes a los que les aboca el exilio y la migración. Viven en una interconexión entre dos territorios, conectadas con ambas realidades, a través de los vínculos allí, en Colombia, y los construidos aquí, en el territorio del exilio. Entre el resistir, persistir y reconstruir continuo, las mujeres de La Colectiva han ido tejiendo una red que atraviesa todas las fronteras, reafirmándose como mujeres feministas con una mirada global, que buscan transformaciones de fondo donde prime la vida digna.
Homenaje a nuestras hermanas de vida y con quienes estuvimos comprometidas y trabajando por la transformación de la sociedad en la que vivimos, por un mundo más humano, justo, igualitario y equitativo. La foto corresponde a las II Jornadas Internacionales Mujeres, DD.HH. y Paz en Colombia, en las que participó Sagrario Losada, quien sigue estando presente en la memoria de La Colectiva y en los procesos feministas y sociales. Destacamos su trabajo militante como comunista en defensa de los derechos humanos de las mujeres refugiadas, exiliadas y migradas. Fue infatigable por hacer de la justicia la bandera y del compañerismo, camaradería, pedagogía, solidaridad y unidad, el camino a seguir para la transformación de la sociedad en la que vivimos en un mundo más humano. Igualmente, participó nuestra hermana Giulia Tamayo, a quien rendimos un homenaje como defensora de derechos humanos, una compañera con una praxis de vida y compromiso con la promoción del derecho a una vida libre de violencia hacia las mujeres. Nos recogemos en el sentir de su inseparable compañero, Chema: “El afortunado puñado de polvo de estrellas que fue animado por Giulia en un airoso cuerpo de mujer, durante 55 años y casi 9 meses, es ahora un montoncito de enamoradas cenizas”. Te queremos, Giulia. Te queremos Sagrario. Y no os olvidamos.
Homenaje a nuestras hermanas de vida y con quienes estuvimos comprometidas y trabajando por la transformación de la sociedad en la que vivimos, por un mundo más humano, justo, igualitario y equitativo. La foto corresponde a las II Jornadas Internacionales Mujeres, DD.HH. y Paz en Colombia, en las que participó Sagrario Losada, quien sigue estando presente en la memoria de La Colectiva y en los procesos feministas y sociales. Destacamos su trabajo militante como comunista en defensa de los derechos humanos de las mujeres refugiadas, exiliadas y migradas. Fue infatigable por hacer de la justicia la bandera y del compañerismo, camaradería, pedagogía, solidaridad y unidad, el camino a seguir para la transformación de la sociedad en la que vivimos en un mundo más humano. Igualmente, participó nuestra hermana Giulia Tamayo, a quien rendimos un homenaje como defensora de derechos humanos, una compañera con una praxis de vida y compromiso con la promoción del derecho a una vida libre de violencia hacia las mujeres. Nos recogemos en el sentir de su inseparable compañero, Chema: “El afortunado puñado de polvo de estrellas que fue animado por Giulia en un airoso cuerpo de mujer, durante 55 años y casi 9 meses, es ahora un montoncito de enamoradas cenizas”. Te queremos, Giulia. Te queremos Sagrario. Y no os olvidamos.
Este encuentro, organizado por el Colectivo Milenta y Mujeres de Guatemala, buscaba sumar acciones de apoyo y acompañamiento a las ciudadanas colombianas refugiadas políticas y exiliadas residentes en el Estado español, para que nuestra voz fuera y sea incluida en el proceso de paz, así como sensibilizar a la sociedad asturiana y a la comunidad internacional sobre la participación y plena incorporación de las mujeres en los procesos de paz, como sujetos políticos que garantizan la reconstrucción del tejido social y exigiendo que se tenga en cuenta la Resolución 1325, aprobada en el año 2000 por unanimidad por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Ésta resalta la importancia de que las mujeres participen en pie de igualdad e intervengan como actoras y no únicamente como víctimas, en la prevención y solución de los conflictos, la consolidación de la paz y el mantenimiento de la paz.
Este encuentro, organizado por el Colectivo Milenta y Mujeres de Guatemala, buscaba sumar acciones de apoyo y acompañamiento a las ciudadanas colombianas refugiadas políticas y exiliadas residentes en el Estado español, para que nuestra voz fuera y sea incluida en el proceso de paz, así como sensibilizar a la sociedad asturiana y a la comunidad internacional sobre la participación y plena incorporación de las mujeres en los procesos de paz, como sujetos políticos que garantizan la reconstrucción del tejido social y exigiendo que se tenga en cuenta la Resolución 1325, aprobada en el año 2000 por unanimidad por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Ésta resalta la importancia de que las mujeres participen en pie de igualdad e intervengan como actoras y no únicamente como víctimas, en la prevención y solución de los conflictos, la consolidación de la paz y el mantenimiento de la paz.
MUJER-ERES es el resultado de una construcción escénica colectiva realizada por mujeres de La Colectiva que hemos sufrido la violencia y el exilio. En un primer momento, algunas dramaturgas amigas, compañeras que vinieron de Colombia a España, nos capacitaron en técnicas de teatro, corporales y de performance. Estuvimos apoyadas por el grupo de trabajo con las víctimas en el exterior del Centro Nacional de Memoria Histórica, que en ese momento era coordinado por la hoy congresista María José Pizarro; y por la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo. A partir de diferentes metodologías para fortalecer la comprensión de la relación entre cuerpo y memoria, desde nuestras perspectivas como mujeres frente la experiencia del exilio, sembramos conjuntamente nuestra performance, con la recolección de nuestras historias de vida para su puesta en escena como dramaturgia de la memoria con enfoque de género.
MUJER-ERES es el resultado de una construcción escénica colectiva realizada por mujeres de La Colectiva que hemos sufrido la violencia y el exilio. En un primer momento, algunas dramaturgas amigas, compañeras que vinieron de Colombia a España, nos capacitaron en técnicas de teatro, corporales y de performance. Estuvimos apoyadas por el grupo de trabajo con las víctimas en el exterior del Centro Nacional de Memoria Histórica, que en ese momento era coordinado por la hoy congresista María José Pizarro; y por la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo. A partir de diferentes metodologías para fortalecer la comprensión de la relación entre cuerpo y memoria, desde nuestras perspectivas como mujeres frente la experiencia del exilio, sembramos conjuntamente nuestra performance, con la recolección de nuestras historias de vida para su puesta en escena como dramaturgia de la memoria con enfoque de género.
El acto cultural “Pro-curadoras de paz” fue realizado el 21 de febrero del 2016 en la plaza de la Virgen de València como clausura de las III Jornadas Internacionales Mujeres, Derechos Humanos y Paz en Colombia, organizadas por la Mesa de Apoyo a la Defensa de los DD.HH. de las Mujeres y la Paz en Colombia y Atelier ONGD. Mujeres en Escena fue la encargada de la dramaturgia y la realización, con la colaboración de Teatre Lliure de Benimaclet y Lesbian Band. Estas terceras ediciones fueron la continuación de las Jornadas que Atelier ONGD y La Mesa organizaron en los años 2008 y 2011. Todas estas acciones han estado destinadas a visibilizar la vulneración de DD.HH. de las mujeres en Colombia y exigir una salida negociada al conflicto armado en el país. En esta edición, ya iniciados los diálogos de paz, se puso el foco en reivindicar el papel de las organizaciones de mujeres en el proceso de paz de Colombia.
El acto cultural “Pro-curadoras de paz” fue realizado el 21 de febrero del 2016 en la plaza de la Virgen de València como clausura de las III Jornadas Internacionales Mujeres, Derechos Humanos y Paz en Colombia, organizadas por la Mesa de Apoyo a la Defensa de los DD.HH. de las Mujeres y la Paz en Colombia y Atelier ONGD. Mujeres en Escena fue la encargada de la dramaturgia y la realización, con la colaboración de Teatre Lliure de Benimaclet y Lesbian Band. Estas terceras ediciones fueron la continuación de las Jornadas que Atelier ONGD y La Mesa organizaron en los años 2008 y 2011. Todas estas acciones han estado destinadas a visibilizar la vulneración de DD.HH. de las mujeres en Colombia y exigir una salida negociada al conflicto armado en el país. En esta edición, ya iniciados los diálogos de paz, se puso el foco en reivindicar el papel de las organizaciones de mujeres en el proceso de paz de Colombia.
En el contexto de las III Jornadas Internacionales Mujeres, DD.HH. y Paz en Colombia, celebradas en febrero de 2016, las organizaciones participantes nos reunimos con los entonces representantes políticos del Ayuntamiento de València: el Alcalde de la ciudad, Joan Ribó; Isabel Lozano, concejala de Igualdad; y Roberto Jaramillo, concejal de Cooperación y Migraciones. Como cada edición de las jornadas internacionales, cerca de una decena de organizaciones de mujeres de Colombia y representantes políticas e institucionales viajaron a València para participar como ponentes y realizar entrevistas con representantes políticos valencianos, destinadas a fomentar el apoyo de la comunidad internacional al proceso de paz en Colombia. En las tres ediciones de las Jornadas, las mujeres refugiadas y exiliadas hemos contado con un espacio para exponer nuestra situación, demandas y propuestas para la exigibilidad de nuestros derechos y nuestra participación en la construcción de la paz.
En el contexto de las III Jornadas Internacionales Mujeres, DD.HH. y Paz en Colombia, celebradas en febrero de 2016, las organizaciones participantes nos reunimos con los entonces representantes políticos del Ayuntamiento de València: el Alcalde de la ciudad, Joan Ribó; Isabel Lozano, concejala de Igualdad; y Roberto Jaramillo, concejal de Cooperación y Migraciones. Como cada edición de las jornadas internacionales, cerca de una decena de organizaciones de mujeres de Colombia y representantes políticas e institucionales viajaron a València para participar como ponentes y realizar entrevistas con representantes políticos valencianos, destinadas a fomentar el apoyo de la comunidad internacional al proceso de paz en Colombia. En las tres ediciones de las Jornadas, las mujeres refugiadas y exiliadas hemos contado con un espacio para exponer nuestra situación, demandas y propuestas para la exigibilidad de nuestros derechos y nuestra participación en la construcción de la paz.
Reflexionamos y sentimos nuestro cuerpo como primer territorio de paz, a partir del autoconocimiento y autocuidados personales. Propiciamos la expresión corporal, relacionándola con la memoria afectiva y la sensibilización, desde una mirada profunda del cuerpo como territorio atravesado por saberes, experiencias, violencias, resiliencia y perspectivas de futuro. El autocuidado como encuentro, no tanto para cumplir agendas, sino para sentirnos, reconocernos, pensarnos como feministas en el mundo, en armonía con la naturaleza y para la transformación. Resignificamos para reconstruirnos palmo a palmo nuevas expresiones que se reflejan en el cuerpo.
Reflexionamos y sentimos nuestro cuerpo como primer territorio de paz, a partir del autoconocimiento y autocuidados personales. Propiciamos la expresión corporal, relacionándola con la memoria afectiva y la sensibilización, desde una mirada profunda del cuerpo como territorio atravesado por saberes, experiencias, violencias, resiliencia y perspectivas de futuro. El autocuidado como encuentro, no tanto para cumplir agendas, sino para sentirnos, reconocernos, pensarnos como feministas en el mundo, en armonía con la naturaleza y para la transformación. Resignificamos para reconstruirnos palmo a palmo nuevas expresiones que se reflejan en el cuerpo.
Junto a otras organizaciones de mujeres del mundo, visibilizamos la problemática de las mujeres en los conflictos y su utilización como botín de guerra. Esta acción está en consonancia con las claves que guían nuestro actuar cotidiano, como el enfoque de derechos humanos desde las mujeres, fundamento de cualquier práctica social, política, económica y cultural que se comprometa con la defensa de la dignidad. El fundamento de los derechos humanos desde las mujeres es una meta por conquistar en la construcción histórica, un compromiso permanente para lograr la garantía y el respeto de los mismos. A partir del reconocimiento de las desigualdades, debemos tener presente el marco general e integral de los derechos humanos y los derechos de las mujeres para tener una vida libre de violencias y poder lograr la realización plena de los derechos económicos, sociales, culturales, medioambientales, civiles y políticos.
Junto a otras organizaciones de mujeres del mundo, visibilizamos la problemática de las mujeres en los conflictos y su utilización como botín de guerra. Esta acción está en consonancia con las claves que guían nuestro actuar cotidiano, como el enfoque de derechos humanos desde las mujeres, fundamento de cualquier práctica social, política, económica y cultural que se comprometa con la defensa de la dignidad. El fundamento de los derechos humanos desde las mujeres es una meta por conquistar en la construcción histórica, un compromiso permanente para lograr la garantía y el respeto de los mismos. A partir del reconocimiento de las desigualdades, debemos tener presente el marco general e integral de los derechos humanos y los derechos de las mujeres para tener una vida libre de violencias y poder lograr la realización plena de los derechos económicos, sociales, culturales, medioambientales, civiles y políticos.
Encuentro de la Red Nacional de Mujeres Defensoras de DD.HH., de la que formamos parte, para la formulación de un Programa de Garantías para Lideresas y Defensoras de DD.HH. con propuestas al Gobierno Colombiano y organismo multilaterales de DD.HH., en Colombia, en el año 2016. La actividad tenía el objetivo de dar a conocer nuestras propuestas para la construcción del Programa y exigir su cumplimiento por parte del Estado Colombiano.
Encuentro de la Red Nacional de Mujeres Defensoras de DD.HH., de la que formamos parte, para la formulación de un Programa de Garantías para Lideresas y Defensoras de DD.HH. con propuestas al Gobierno Colombiano y organismo multilaterales de DD.HH., en Colombia, en el año 2016. La actividad tenía el objetivo de dar a conocer nuestras propuestas para la construcción del Programa y exigir su cumplimiento por parte del Estado Colombiano.
En esta actividad construimos nuestros relatos de vida para incluirlos en nuestra primera publicación: “Rompiendo el silencio desde el exilio. Aportes para la memoria y la construcción de la paz con enfoque de género”. En este taller de memorias y cuerpo, cada una transitamos por los recuerdos desde la infancia hasta el día de hoy. Después de los sentires, plasmamos en forma de espiral nuestra vida. El recorrido por la memoria de las mujeres implica recordar la violencia ejercida sobre nosotras como defensoras de la tierra, de los derechos de las mujeres y de la vida. Nosotras hemos interiorizado y resurgido a partir de la resiliencia para seguir afrontando los anhelos de verdad, memoria, superar la impunidad y alcanzar la justicia.
En esta actividad construimos nuestros relatos de vida para incluirlos en nuestra primera publicación: “Rompiendo el silencio desde el exilio. Aportes para la memoria y la construcción de la paz con enfoque de género”. En este taller de memorias y cuerpo, cada una transitamos por los recuerdos desde la infancia hasta el día de hoy. Después de los sentires, plasmamos en forma de espiral nuestra vida. El recorrido por la memoria de las mujeres implica recordar la violencia ejercida sobre nosotras como defensoras de la tierra, de los derechos de las mujeres y de la vida. Nosotras hemos interiorizado y resurgido a partir de la resiliencia para seguir afrontando los anhelos de verdad, memoria, superar la impunidad y alcanzar la justicia.
Hijas exiliadas o nacidas en el exilio. La incidencia y la exigibilidad de los derechos humanos por parte de nuestras madres/padres en Colombia ha generado que seamos esas segundas y terceras generaciones. Donde los de allá no nos aceptan como de ahí; por nuestros acentos, costumbres, etc. Y los de aquí, no nos aceptan de aquí, por nuestro color de piel, nuestros rasgos, etc. Hemos heredado un despertar de conciencia, de visibilizarnos y de contarnos como parte de esa historia del conflicto y del exilio, finalmente lo hemos vivido, directa o indirectamente. Somos la esperanza de contar el pasado y transformar el presente.
Hijas exiliadas o nacidas en el exilio. La incidencia y la exigibilidad de los derechos humanos por parte de nuestras madres/padres en Colombia ha generado que seamos esas segundas y terceras generaciones. Donde los de allá no nos aceptan como de ahí; por nuestros acentos, costumbres, etc. Y los de aquí, no nos aceptan de aquí, por nuestro color de piel, nuestros rasgos, etc. Hemos heredado un despertar de conciencia, de visibilizarnos y de contarnos como parte de esa historia del conflicto y del exilio, finalmente lo hemos vivido, directa o indirectamente. Somos la esperanza de contar el pasado y transformar el presente.
La colectiva intergeneracional ha permitido a nuestras ancestras, madres, contar su versión de la historia, y a nosotras, como hijas, contar la nuestra, cómo lo vivimos nosotras y la percepción que hemos tenido de los hechos. Ha sido posible sanarnos, reconstruirnos y fortalecer los lazos afectivos entre madre e hija. Y, sobre todo, continuar con el legado. Somos su legado vivo.
La colectiva intergeneracional ha permitido a nuestras ancestras, madres, contar su versión de la historia, y a nosotras, como hijas, contar la nuestra, cómo lo vivimos nosotras y la percepción que hemos tenido de los hechos. Ha sido posible sanarnos, reconstruirnos y fortalecer los lazos afectivos entre madre e hija. Y, sobre todo, continuar con el legado. Somos su legado vivo.
Entre nuestros cimientos, impulsamos la línea de acción “Memoria y Arte”. En 2018, culminamos con la puesta en escena y el estreno de nuestra obra de creación colectiva que da cuenta de nuestras vivencias y experiencias tanto en Colombia, como defensoras y lideresas sociales, como en el exterior, ante el cambio forzado de nuestras historias de vida. “Mujer-Eres – El teatro como Arte Sanador, una apuesta a la construcción de la paz”, es interpretada por dieciséis mujeres de primera y segundas generaciones del exilio, todas defensoras de Derechos Humanos y de los Derechos de las Mujeres. Es parte de nuestra reparación personal, colectiva, familiar y social, un resultado expresamente poético, metafórico y con propuestas de visión de futuro, con un profundo significado político y vital.
Entre nuestros cimientos, impulsamos la línea de acción “Memoria y Arte”. En 2018, culminamos con la puesta en escena y el estreno de nuestra obra de creación colectiva que da cuenta de nuestras vivencias y experiencias tanto en Colombia, como defensoras y lideresas sociales, como en el exterior, ante el cambio forzado de nuestras historias de vida. “Mujer-Eres – El teatro como Arte Sanador, una apuesta a la construcción de la paz”, es interpretada por dieciséis mujeres de primera y segundas generaciones del exilio, todas defensoras de Derechos Humanos y de los Derechos de las Mujeres. Es parte de nuestra reparación personal, colectiva, familiar y social, un resultado expresamente poético, metafórico y con propuestas de visión de futuro, con un profundo significado político y vital.
Nos encontramos para compartir y reflexionar colectivamente a partir de nuestras experiencias de vida, en un espacio de acompañamiento psicosocial y diálogo. Iniciamos el fin de semana con un evento en el Rector Peset para la presentación del documental de La Colectiva: “Voces en la distancia” y la celebración de un acto cultural. El sábado realizamos un taller psicosocial sobre el duelo, en el que nos acompañó Susana, del Instituto de Terapia del Reencuentro. Cerramos nuestro encuentro con un acto en la Plaza de La Virgen, para conectarnos con la delicada situación de los defensores y defensoras en Colombia: “Nos están matando. Hay que proteger a los y las defensoras de derechos Humanos en Colombia”.
Nos encontramos para compartir y reflexionar colectivamente a partir de nuestras experiencias de vida, en un espacio de acompañamiento psicosocial y diálogo. Iniciamos el fin de semana con un evento en el Rector Peset para la presentación del documental de La Colectiva: “Voces en la distancia” y la celebración de un acto cultural. El sábado realizamos un taller psicosocial sobre el duelo, en el que nos acompañó Susana, del Instituto de Terapia del Reencuentro. Cerramos nuestro encuentro con un acto en la Plaza de La Virgen, para conectarnos con la delicada situación de los defensores y defensoras en Colombia: “Nos están matando. Hay que proteger a los y las defensoras de derechos Humanos en Colombia”.
Entregamos el informe “La verdad contada por las mujeres refugiadas, exiliadas y migradas”, elaborado por La Colectiva de Mujeres Refugiadas, Exiliadas y Migradas, a la Comisión de la Verdad, a ONU Mujeres en Colombia, a la Jurisdicción Especial para la paz y a la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas. Para la elaboración del informe contamos con el apoyo de la Red Nacional de Mujeres Defensoras, la Corporación Sisma Mujer y ONU Mujeres. Es de resaltar que, por primera vez en la historia, las mujeres víctimas en el exterior, refugiadas, exiliadas y migradas buscamos participar de manera directa en el proceso de paz de nuestro país, para que seamos reconocidas, incluidas y reparadas dentro de la historia del conflicto armado colombiano, ya que el exilio ha sido el gran desconocido.
Entregamos el informe “La verdad contada por las mujeres refugiadas, exiliadas y migradas”, elaborado por La Colectiva de Mujeres Refugiadas, Exiliadas y Migradas, a la Comisión de la Verdad, a ONU Mujeres en Colombia, a la Jurisdicción Especial para la paz y a la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas. Para la elaboración del informe contamos con el apoyo de la Red Nacional de Mujeres Defensoras, la Corporación Sisma Mujer y ONU Mujeres. Es de resaltar que, por primera vez en la historia, las mujeres víctimas en el exterior, refugiadas, exiliadas y migradas buscamos participar de manera directa en el proceso de paz de nuestro país, para que seamos reconocidas, incluidas y reparadas dentro de la historia del conflicto armado colombiano, ya que el exilio ha sido el gran desconocido.
Se nos conoce como lideresas comunitarias, ya que hemos fortalecido nuestro trabajo como constructoras de igualdad en los diferentes lugares del mundo. Somos un grupo de mujeres de diversas nacionalidades, la gran mayoría colombianas, que por la situación de conflicto en nuestros países de origen nos hemos visto obligadas a desplazarnos junto con nuestras familias. Actualmente vivimos en Panamá, promoviendo la integración, el desarrollo personal, familiar y de nuestra comunidad de acogida. Buscamos promover la integración y mejorar la vida de los refugiados y refugiadas y las familias panameñas, a través del fortalecimiento de redes comunitarias.
Se nos conoce como lideresas comunitarias, ya que hemos fortalecido nuestro trabajo como constructoras de igualdad en los diferentes lugares del mundo. Somos un grupo de mujeres de diversas nacionalidades, la gran mayoría colombianas, que por la situación de conflicto en nuestros países de origen nos hemos visto obligadas a desplazarnos junto con nuestras familias. Actualmente vivimos en Panamá, promoviendo la integración, el desarrollo personal, familiar y de nuestra comunidad de acogida. Buscamos promover la integración y mejorar la vida de los refugiados y refugiadas y las familias panameñas, a través del fortalecimiento de redes comunitarias.
Las distancias jamás podrán separarnos. Los trabajos nuestros, unas acá, otras allá, algunas barriendo, otras vendiendo, otras en casa o construyendo los proyectos personales, o tratando de hacer emprendimientos comunitarios, todas, bellas mujeres, mujeres incansables, siempre listas para unirnos, para juntarnos, para construir, para mimarnos, para protestar, para proponer en colectivo. Nuestros vínculos se extienden más allá de los océanos porque somos fuertes, resistimos ante cualquier tempestad, después de haber estado en el “ojo del huracán”. La delegación Costa Rica saluda con mucha esperanza esta exposición de la Colectiva de Mujeres Refugiadas y Migradas y celebra que esta hermosa idea sea una realidad que nos une más e informe al mundo de nuestra existencia, nuestras luchas, logros, nuestras historias.
Las distancias jamás podrán separarnos. Los trabajos nuestros, unas acá, otras allá, algunas barriendo, otras vendiendo, otras en casa o construyendo los proyectos personales, o tratando de hacer emprendimientos comunitarios, todas, bellas mujeres, mujeres incansables, siempre listas para unirnos, para juntarnos, para construir, para mimarnos, para protestar, para proponer en colectivo. Nuestros vínculos se extienden más allá de los océanos porque somos fuertes, resistimos ante cualquier tempestad, después de haber estado en el “ojo del huracán”. La delegación Costa Rica saluda con mucha esperanza esta exposición de la Colectiva de Mujeres Refugiadas y Migradas y celebra que esta hermosa idea sea una realidad que nos une más e informe al mundo de nuestra existencia, nuestras luchas, logros, nuestras historias.
HISTORIA DE LA COLECTIVA
2004.- Cinco defensoras de derechos humanos y de las mujeres, refugiadas y exiliadas en España, decidimos reunirnos en Alicante para compartir nuestras vidas y seguir construyendo conjuntamente un proyecto desde, con y para las mujeres. De las fundadoras continuamos Leonora y Alba Teresa. Continuamos incidiendo políticamente como gestoras de paz, verdad, memoria, justicia, igualdad, equidad, visibilizando las praxis de las mujeres y nuestra legítima labor como defensoras. Así, es como entra al nuevo horizonte La Colectiva de Mujeres Refugiadas, Exiliadas y Migradas.
2005-2010.- Organizamos el primer encuentro de mujeres migrantes colombianas en la ciudad de Valencia, “La paz es posible”; y la jornada “Mujer inmigrante y refugiada colombiana en el contexto internacional” en Vitoria. Fuimos parte de la organización de la 1ª Asamblea de Mujeres por la paz y los Derechos Humanos en Madrid, mediante talleres psicosociales con la Fundación Terapia del Reencuentro y apoyadas por Atelier. En Godelleta, Valencia, reflexionamos sobre la verdad, justicia, reparación y no repetición para las refugiadas, con Sisma Mujer. Coadyuvamos junto Atelier y Sisma a la creación de la Mesa de Apoyo por los Derechos Humanos de las Mujeres y la Paz en Colombia. Hemos sido parte de las Jornadas Internacionales: Mujeres, DD.HH. y Paz en Colombia, organizadas por Atelier los años 2008, 2011 y 2016.
2011-2013.- Remitimos nuestras peticiones a la Ley 1448 de 2011 de Colombia “Ley de Víctimas y restitución de tierras”; y un Manifiesto a la Mesa de Negociación en La Habana, donde el Gobierno de Colombia y la extinta guerrilla Fuerza Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) negociaban el Acuerdo de Paz: “Las mujeres refugiadas políticas y exiliadas de Colombia en España hacemos un llamamiento al Gobierno y a la guerrilla de las FARC-EP a hacer realidad la participación política de las mujeres víctimas, mujeres refugiadas y exiliadas en la mesa de negociación en Cuba”. Participamos en las audiencias internacionales virtuales en el proceso de conversaciones entre el Gobierno de Colombia y la insurgencia del Ejército de Liberación Nacional –E.L.N-. Aquí de la mano con organizaciones feministas y de mujeres en Valencia, España y desde nuestro activismo transnacional con el movimiento social de mujeres en Colombia.
2014-2016.- En el trabajo constante junto a muchas otras víctimas del conflicto armado de Colombia en el mundo, creamos el Foro Internacional de Víctimas. En el ámbito interno, acordamos hacernos mayoras y solicitar nuestra vida jurídica. Era un momento histórico para Colombia y el mundo, con la firma del Acuerdo de Paz entre el gobierno colombiano y las FARC. Un proceso de paz como patrimonio del mundo y esperanza de los pueblos, al que aportamos para construir un mundo en paz con justicia social. Desde la Colectiva hacemos seguimiento de la inclusión de la perspectiva de género en los Acuerdos, de la visibilización y participación de las víctimas, de la participación de las mujeres en la política pública en Colombia y de la sensibilización y acciones en otros países del mundo. Sin embargo, el Acuerdo paz en Colombia, que está en su fase de implementación, no ha frenado el modelo neoliberal, con su lógica economicista que agudiza los conflictos socioeconómicos del país.
2016.- “Mujer-Eres – El teatro como Arte Sanador, una apuesta a la construcción de la paz” es una obra de teatro creada por la Colectiva, una puesta en escena de nosotras, las refugiadas, exiliadas y migradas, donde expresamos nuestras vivencias como mujeres colombianas conectadas con nuestro país y con el de acogida. Está escrita e interpretada por nosotras mismas, dieciséis mujeres de primeras y segundas generaciones del exilio, todas defensoras de Derechos Humanos y de los Derechos de las Mujeres. Una narración colectiva del Exilio en el Exilio, que ha posibilitado la movilización de la memoria encarnada en la piel, construyendo imágenes y relatos a partir de nuestros propios testimonios. Al reconocernos y ser reconocidas, avanzamos en la sanación del dolor, a través de la sororidad, la verdad, la escucha, y el amor. Como parte de este proceso nació nuestra primera publicación: “Rompiendo el silencio desde el Exilio. Aportes para la memoria y la construcción de la paz con enfoque de género”. Acompañándonos en lo psicosocial para reconstruirnos a nosotras mismas, nuestras familias y en lo comunitario. Así mismo, se presenta un documental en el que somos protagonistas: “Voces de refugiadas. Relatos y propuestas para la paz en Colombia”, producido por Atelier.
2018.- Nuestras manos son gestoras de nuestro segundo documental: “Voces en la distancia. Exiliadas, territorios de memoria y paz”. Sin la verdad de las mujeres, la verdad no está completa. Esta consigna acompaña la reiterada exigencia de las organizaciones feministas en su apuesta por la construcción de una paz justa y duradera. Es también el eco, sin fronteras y sin límites, de quienes nos negamos a continuar invisibles, no sólo en condición de víctimas con la correspondiente violación de nuestros derechos sino en el reconocimiento de nuestros compromisos de vida, de nuestros aportes y de nuestra resistencia.
2019.- Entregamos el informe: “La verdad contada por las mujeres refugiadas, exiliadas y migradas” a la Comisión de la Verdad de Colombia, para que nuestros aportes sean incluidos en el informe final de esta Comisión, que se publicará en noviembre de 2021. Para la elaboración del informe contamos con el apoyo de la Red Nacional de Mujeres Defensoras, la Corporación Sisma Mujer y ONU Mujeres. En el Informe visibilizamos el impacto diferenciado que tiene el refugio y la migración sobre la vida de las mujeres y las responsabilidades internacionales de Derechos Humanos que tienen los Estados (expulsor y de acogida) en la implementación de medidas transnacionales de reparación a las víctimas. Es un hecho sin precedentes, ya que es la primera vez en el mundo que mujeres refugiadas, exiliadas y migradas elaboran y entregan, de manera directa, un documento sobre su situación específica ante una Comisión de la Verdad.
2020-2021.- En el contexto del VI Foro Internacional de Víctimas, en julio de 2021, entregamos a la Comisión de la Verdad, la Jurisdicción Especial para la Paz y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, los informes: “Lo que la violencia no pudo callar: Reinvención organizativa desde el exilio” y “Defensoras/es de derechos humanos en el exilio”. Las Mujeres Refugiadas, Exiliadas y Migradas seguiremos labrando la tierra con la esperanza de que en los surcos germine el nuevo fruto de la igualdad, la paz y la equidad. Somos mujeres conscientes de su género y de su clase, que mantenemos nuestros sueños intactos por un mundo mejor, retejemos entre las ramas de los abrazos y los cuidados el camino a un mundo justo, digno y posible para las mujeres y sus familias.